Desterrado y condenado por la caída de Roma, olvidado por aquellos mortales que una vez le temían y veneraban, ha sido condenado a permanecer inmóvil en la capital del Estado Español Ahora es protagonista y espectador del progreso, y de la degeneración del ser humano derivado de la economía de mercado; y para más INRI a soportar a que miles de “cabezas de balón” vayan a berrear y descargar su ello y su frustración porque una empresa haya ganado una competición de 22 tíos dando patadas a un balón; competición heredera y continuador de los antiguos circos romanos, donde miles de personas se untaban del bálsamo de la violencia, descargando su histeria animal, para aliviar y olvidarse del aburrimiento y la monotonía cotidiana.
Curioso que una vez olvidado, un ser imaginario nacido por el miedo y el temor del ser humano a lo desconocido, sea resucitado y subordinado a los beneficios económicos de una empresa, y venerado por el ello de miles de personas embrutecidas.
La irracionalidad y el temor que sostenía el poder de estos dioses, fueron los mismos que hizieron que derivara al “Ragnarok” de esta parte de la realidad cultural griega y romana.
Todo cambia, todo evoluciona, para que todo siga permaneciendo igual.

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