miércoles, 24 de septiembre de 2008

Inmigración

Puedes haber nacido... quien sabe. En cualquier lugar del mundo el cual denominan “Tercer Mundo”. Donde la situación de la población es precaria. Donde mismamente puedan tener un gobierno dogmático y extremista. Donde se practican barbaridades contra aquellos contrarios a su moral religiosa, igual que pasaba hasta no hace mucho tiempo en España. También puedes haber nacido en un país donde varios grupúsculos luchan entre sí en una guerra sin sentido y sin fin por el control del gobierno. También cabe la posibilidad de una férrea dictadura militar sin ningún tipo de libertad, que solo por comportarte de una manera distinta ya puedes ser ejecutado, o quizás la situación económica sea nefasta debido a la penosa situación de un gobierno corrupto que solo se preocupe por su dinero y que tenga martirizada a su población a través de mercenarios y guerrillas paramilitares. Vamos en cualquier país con una situación algo inestable.

Qué es lo que te queda?

Puedes ver como tu gente, tu familia, tus amigos y todo se derrumban y mueren en la más absoluta miseria, puedes coger la kalasnikov y lanzarte a matar y morir..... o puedes buscar un porvenir para todos ellos en la tierra prometida... en ese primer mundo, donde toda la gente es feliz, hay trabajo, hay paz hay estabilidad y hay un futuro para tus hijos y una vía de escape de la miseria.

Y emprendes ese largo viaje por tierra y mar, cruzando las fronteras que los mandatarios dibujaron en el mapa, y ves como la gente a tu alrededor muere pero consigues llegar. La tierra de la libertad y de los sueños, de la abundancia.... la tierra..... la tierra.... del paro, del poder adquisitivo por los suelos, de los derechos sociales apunto de perecer, la tierra en la cual la estabilidad de la sociedad pende del mercado de valores y de la inflación.

Y esque ser pobre, ser un currante, ser un trabajador.... para los ricos, para los que manejan el dinero y los que tienen el poder, para ellos solo eres un peón de obra; aquí, en Turquia, en Angola y en la China, y como siempre son los currantes los que dan su vida a diario para seguir en pie y son los que más sufren las consecuencias de las crisis de las clases dominantes. La gente pobre es la que se ve en la encrucijada de abandonarlo todo y emigrar para labrarse un futuro, y las que desde hace muchos años, sufren persecuciones, repatriaciones o llegan a ser ejecutados en la línea fronteriza que separa la miseria de la tierra de los sueños. Mientras tanto, los visitantes con dinero son siempre bienvenidos y se les suele dar las facilidades para que su estancia sea lo más larga posible y quien sabe, el poder quedarse a vivir allí.

Es por ello, por la situación de las personas en cualquier lugar del mundo, por el sufrimiento que conllevan los países contra las personas, es por la necesidad de vivir, por la cual los obreros no tienen patria.

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